El clima mixto entre el desierto árido y la presencia del mar ha favorecido la aparición de una biodiversidad excepcional, y la península de Paracas está hoy casi totalmente protegida. Los paisajes se intercalan con sitios fantásticos (catedral de piedra, museo arqueológico fundado por Julio C. Tello, arqueólogo peruano, etc.) y poblados por colonias enteras de aves de todas las especies son simplemente mágicos.