Turismo responsable
En Antipode, tenemos la misión de ofrecer experiencias turísticas auténticas e inmersivas que promuevan el respeto y la conservación de los recursos naturales y culturales del lugar donde operamos.
Comprometidos con el turismo responsable y sostenible, trabajamos en estrecha colaboración con las comunidades locales para fomentar un desarrollo turístico inclusivo que beneficie tanto a los viajeros como a los pueblos que habitan en diversas regiones de la zona.
A través de prácticas innovadoras y respetuosas con el medio ambiente, buscamos reducir el impacto ecológico y promover la conservación de los ecosistemas de diferentes zonas geográficas y naturales, costa, sierra, selva, sitios arqueológicos milenarios y ecosistemas protegidos.
Además, combatimos el sobreturismo al ofrecer alternativas auténticas y menos exploradas, distribuyendo la demanda turística de manera equilibrada, para preservar tanto el equilibrio ecológico como el patrimonio cultural de estos lugares.
Nos guiamos por los principios de equidad, respeto mutuo y apoyo a las comunidades rurales y urbanas, valorando su rica herencia cultural, sus tradiciones ancestrales y su identidad.
Nuestro compromiso es brindar a nuestros viajeros un turismo que no solo sea una oportunidad para conocer un destino, sino también para contribuir a la preservación de sus recursos y el bienestar de sus habitantes.
Turismo responsable
Los viajes que les proponemos en Perú, Bolivia y Chile deben estar necesariamente dentro del marco de la responsabilidad.
Sabemos que el turismo puede tener un impacto positivo en una región si se practica con un ojo abierto y un sentido crítico. Por el contrario, el impacto puede ser muy negativo si se concibe sin conocimiento o conciencia del medio ambiente. Por ello, todos los viajes propuestos han sido cuidadosamente estudiados en todos sus aspectos para ofrecerles combinaciones que respeten el medio ambiente y los componentes culturales y humanos de las regiones que podrán visitar.
El respeto de las poblaciones locales
El contacto con los andinos es constante durante los viajes que proponemos: el personal que acompaña el trekking, porteadores, cocineros, "arrieros"; los habitantes de los pequeños pueblos aislados que tendrán que atravesar... La remuneración de este personal local se hace obviamente con un espíritu de equidad y justicia. Por lo tanto, el intercambio con los habitantes de los Andes es constante, ya sea a través del equipo que los acompañará, o con las personas que se encuentren en el camino.
Para facilitar esta reunión, Antipode integra a varias familias que viven en aldeas aisladas ofreciéndoles la oportunidad de participar en algunas de las actividades de los viajeros. Por ejemplo, es posible organizar comidas tradicionales como la pachamanca peruana: es entonces la oportunidad para que los viajeros intercambien con los aldeanos. Además, se ofrecen talleres de tejido, donde se puede aprender más sobre estas prácticas ancestrales, y los aldeanos tienen la oportunidad de ofrecer sus artesanías a la venta, directamente del productor al comprador, sin pasar por muchos intermediarios.
El respeto por la fauna y la flora
El equilibrio ecológico de la región andina es una verdadera fuente de preocupación para Antípoda: las normas aplicadas para la preservación del medio ambiente son estrictas. La observación de la fauna es discreta, la recolección de plantas está prohibida, la cocción se hace con gas para evitar la recolección de madera y así preservar los bosques. La regla de oro es: no dejar ningún rastro de nuestro paso detrás de nosotros.
Antípoda pionera del turismo "vivencial" o comunitario
Este tipo de estancia probablemente seguirá siendo una de las más memorables de su estancia: ser hospedado por una familia local durante unos días y compartir su vida cotidiana con ellos.
Es una oportunidad sin igual para abrir realmente una ventana de intercambio entre nuestros dos mundos, nuestras creencias, nuestras realidades; es lo último en intercambio cultural. Es por esta razón que Antipode ha desarrollado y fomenta fuertemente este tipo de estancia dentro de un viaje: la inmersión y el contacto intercultural directo con las personas que viven en el país que se visita es de fundamental importancia. Las noches que se ofrecen en las familias y las actividades de las personas con las que se va a vivir (a menudo relacionadas con el trabajo agrícola) permiten, por tanto, el contacto con la realidad del país que, por lo demás, es muy diferente.