Como todas las ciudades latinoamericanas, la Plaza de Armas es el corazón y el centro de Lima. Es aquí donde Pizarro, el conquistador que sometió al Imperio Inca y afirmó la realeza española sobre esta parte de América, fundó la Ciudad de los Reyes. En el centro de la plaza bordeada de palmeras hay una gran fuente de bronce y una estatua del mismo Pizarro a caballo. Alrededor de la plaza se encuentra la imponente Catedral, el Palacio de Gobierno (donde la guardia se renueva todos los días al mediodía y a las 6 de la tarde, con trompetas, arriado de la bandera y una estricta disciplina de hierro), el Ayuntamiento de estilo neocolonial y, finalmente, el Palacio Arzobispal. Es el centro de la vida política e histórica, y en cada episodio significativo de la vida del país, la Plaza de Armas está inmediatamente en el centro de las manifestaciones.