La Capilla de la Virgen de Guadalupe fue construida unos años después de la finalización de la catedral. Fue diseñado originalmente para recibir la imagen de la Virgen pintada por el Hermano Diego de Ocaña. En cuanto llegó a Sucre, la imagen fue muy bien recibida por los fieles, ofreciéndoles ofrendas (rubíes, diamantes, perlas, etc.) durante la procesión. Más tarde, muchos de los fieles hicieron lo mismo, y hoy cuenta con más de 18.000 perlas entre sus riquezas.