Este magnífico pueblo marca el final del valle sagrado, antes de comenzar a sumergirse en los valles húmedos. Situado en la llanura atravesada por el río Urubamba, el plan de urbanización y la organización de los edificios nos llegan directamente del período incaico: los cimientos están intactos, y son originales de hace más de 500 años. Es la organización urbana Inca mejor preservada de todo el Perú. Sus pequeñas calles pavimentadas, sinuosas, dan a muchas casas (llamadas canchas) organizadas alrededor de pequeños patios y una entrada única, con un portal inca. En los patios interiores, los pequeños animales domésticos (cuy, gallinas, etc.) retozan alegremente. La vida de los habitantes tampoco ha cambiado mucho desde el período incaico. También hay que explorar algunas hermosas caminatas, a ambos lados del río Urubamba.