Aquí, en el punto más alto de la carretera entre Puno y Cusco (4312m), el Altiplano toma todo su alcance y revela sus maravillas sin ninguna restricción: en medio de las grandes extensiones frías y desérticas, donde el cielo está al alcance de la mano, la iglesia con sus colores llamativos, amarillo y rojo, rivaliza en esplendor con los colores naturales de los paisajes circundantes.