Al igual que su vecina Taquile, Amantaní está relativamente lejos de la costa de Puno, a unas 4 horas. Y también como Taquile, la organización social es notable, colectivización del trabajo, recursos aportados por el turismo y la artesanía. La actividad dominante de la isla es la agricultura; con las terrazas de estilo incaico, los cereales, los tubérculos y los frijoles son la base de la alimentación. Por otro lado, la artesanía es importante, ya sea cerámica, lana o cuero. Menos turístico que Taquile, la belleza de los paisajes, los paseos y los cielos estrellados (cuidado con el frío de la noche) es impresionante. Es posible dormir en la casa del habitante, y uno se desplaza exclusivamente a pie entre las 8 pequeñas aldeas de la isla. En las dos cumbres, a 300 m sobre el nivel del lago, los vestigios del imperio de Tiahuanaco son el centro de las ofrendas a los dioses de la naturaleza de la religión altiplánica.