Este inmenso sitio arqueológico es el único de la cultura Chavin, que es una de las civilizaciones más antiguas de América Latina, entre 1200 y 800 AC. Era un importante centro religioso y artístico, y probablemente un lugar de peregrinación según los primeros españoles. La parte más interesante de la visita está en el sótano: los deslizamientos de tierra de 1945 enterraron todo. En la plaza central, una escalera conduce al Castillo, este templo de tres niveles está hecho de piedra bruta, con adornos (hoy en día, en su mayoría visibles en diferentes museos). Enormes túneles cruzan el sitio, con habitaciones subterráneas. La presencia de espejos, proyectiles entre otros, parece indicar que allí se hicieron impresionantes efectos visuales y sonoros para inspirar terror y establecer una autoridad jerárquica. El pequeño museo también contiene estatuas espantosas.